Las etiquetas que informarán de la radiación generada por cada uno de los dispositivos móviles podrían no ser el toque exótico y distinto del mercado de San Francisco y dar el salto a Europa.
Reino Unido podría ser el país encargado de importar la novedosa costumbre. Así lo considera al menos el socio del bufete Beachcroft LLP, Robin Fry, que pone a Gran Bretaña en pista de salida para incorporar estos medidores.
“Los fabricantes móviles ya publican figuras SAR (las que indican cuanta radiación genera el terminal que podría absorber el cuerpo humano) en sus manuales de uso”, asegura. “Es justo un pequeño paso a hacerlo más llamativo en el empaquetado y en el punto de venta material“, reconoce.
Los últimos estudios sobre la radiación de los móviles y los efectos que tiene en la salud no son concluyentes, lo que no impide que la sociedad haya desarrollado un miedo bastante considerable a lo que un pequeño teléfono puede hacer con su cuerpo.
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