A Uber le ha salido un nuevo enemigo. La startup dirigida por Travis Kalanick ya no solo tiene que enfrentarse a los taxistas y a aquellos que han decidido vetarla porque su CEO había accedido a asesorar a Trump. Ahora hay un hombre con el corazón roto que también se la tiene jurada.
Un ejecutivo francés ha decidido demandar a Uber por haber destrozado su matrimonio. El hombre explica que se produjo un bug en la aplicación de Uber que permitía a otras personas ver las idas y venidas a través del servicio. El problema vino cuando su mujer pudo observar sus viajes…
El afectado, un empresario de la Costa Azul, afirma que tomó prestado el iPhone de su esposa y se conectó a la aplicación Uber. Después de desconectarse, su actividad en Uber todavía era retransmitida vía notificaciones al teléfono. Es de suponer que sus movimientos no complacieron a su esposa, ya que esta acabó presentando una demanda de divorcio.
Para resarcirse por sus heridas emocionales, el empresario galo le pide a la compañía 45 millones de euros. La primera vista, el mes que viene.
Desde Uber han señalado que no suelen comentar públicamente “nada sobre casos individuales y especialmente sobre casos que implique al divorcio de una pareja”.
Hay una peculiaridad en el presunto bug. Le Figaro identificó el fallo y se advirtió que solo ocurre en iPhones donde la aplicación se ha actualizado después del 16 de diciembre de 2016, y no en teléfonos Android.
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