La propietaria de UnixWare creía haber encontrado una salida vendiendo su tecnología Unix y una parte de su actividad en telefonía a York Capital Management por 36 millones de dólares. Con este dinero podría pagar las costas de los tribunales, las deudas del grupo y tal vez levantar cabeza para continuar con su negocio.
Pero el plan no le ha funcionado porque IBM se opone a la operación. Al parecer, se acoge al capítulo 11 de la ley estadounidense de protección contra la bancarrota a la que SCO debe dar explicaciones, y que permite que una empresa en dificultades se reorganice, pero no que venda sus activos.
También Novell se ha opuesto, porque siendo ella la propietaria legítima de los derechos sobre Unix, no está dispuesta a dejar que SCO venda UnixWare.
La decisión se encuentra en manos del Tribunal de la Bancarrota de Delaware, que tendrá que decidir en última instancia sobre un asunto vital para el futuro de SCO.
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