Que una estrella del mundo musical apueste, a título personal, por una alternativa a la forma clásica de vender música, dice mucho sobre el futuro de esta industria.
Y es que las discográficas han mirado con recelo a las nuevas formas de vender contenidos a través de internet. Los márgenes no son los mismos y además, muchos usuarios se decantan por alternativas ilegales, que alimentan la larga sombra de la piratería.
Por eso, que alguien de dentro de la industria compre una de esas alternativas tan cuestionadas es noticia.
El rapero Jay-Z, conocido también por invertir en numerosas empresas de corte tecnológico, ha comprado Wimp, propiedad de la sueca Aspiro, que ofrece 25 millones de canciones y 75.000 vídeos musicales a más de medio millón de suscriptores. El servicio está disponible en Noruega, Suecia, Dinamarca, Alemania y Polonia.
La operación ha ascendido a 56 millones de dólares.
Jay-Z, que ha liderado el movimiento de compra a través de la empresa Project Panther Bidco, ha ensalzado el potencial de modelos de negocios como el de Wimp.
“Los recientes desarrollos en la industria del entretenimiento, con la migración de la música y el streaming, ofrecen un gran potencial para aumentar el consumo de entretenimiento y una oportunidad para los artistas de promocionar su música”, ha declarado.
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