Entre los inversores, blogs y foros de Internet se rumoreaba que Steve Jobs, el CEO de Apple, podría estar sufriendo complicaciones del cáncer de páncreas del que se operó hace ya cuatro años. Las alarmas saltaron tras su aparición en la conferencia de desarrolladores de San Francisco, en la presentación del nuevo iPhone, donde se dejó ver bastante desmejorado, mucho más delgado y más débil.
Sin embargo, un periodista de The New Yokr Times, Joe Nocera, afirma que el propio Jobs le ha asegurado que no padece ninguna enfermedad grave que ponga en riesgo su vida. “Si bien se acumularon problemas de salud, no tuvo más que una ‘bacteria común’ que no puso en riesgo su vida, y tampoco tiene una recaída del cáncer,” escribe Nocera.
Pese a las dudas creadas, Apple insistió en que la salud de Steve Jobs era un “asunto personal” y atribuyó la pérdida de peso a una bacteria.
La falta de información por parte de la compañía, famosa por su política de confidencialidad, ha provocado inquietud entre inversores y analistas, quienes además saben que Apple no ha decidido todavía un candidato para que sustituya a Jobs en el puesto de CEO.
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