Ya en diciembre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), publicó datos en los que también confirmaban que las tarifas de banda ancha en España son las más caras de Europa.
Al hilo de su estudio, Ángel Olivan, máximo dirigente de la UCE, ha anunciado que va a pedir a las distribuidoras de banda ancha que eliminen la permanencia en sus contratos, y que su publicidad especifique claramente los servicios que ofrecen y cómo funcionan sus ofertas.
Además, cree que es fundamental que las compañías brinden a los usuarios las velocidades que les han prometido en los contratos, algo que por desgracia no sucede en la actualidad.
Por último, el estudio, que se ha basado en la comparación de 213 ofertas de 30 operadores diferentes de nueve países de la Unión Europea, afirma que la tasa de utilización de la banda ancha en España, que es del 21 por ciento, es menor a la media europea, que se sitúa en el 24 por ciento.
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