Mientras la mayoría de gafas de realidad virtual se basan o bien en chipsets muy básicos, que necesitan que las gafas estén conectadas a un ordenador o consola, o en smartphones, la propuesta de Microsoft es distinta.
Las HoloLens parecen ser un ordenador en sí mismas, y en su interior podríamos encontrar un Intel Atom Cherry Trail, la versión sucesora de Bay Trail que, entre otras cosas, se fabrica en 14nm.
Junto con la mayor potencia que podría darles este chipset, se podría integrar también reconocimiento de gestos y recarga inalámbrica, algo que podría permitir que las HoloLens no necesitaran en ningún momento el uso de cables.
En cualquier caso todavía es pronto para saber cual será la propuesta definitiva de Microsoft con HoloLens y si las gafas saldrán a la venta poco después de Windows 10. Esperemos que al menos no las cancelen y que tengamos una opción más similar a las castAR, con las ventajas del apoyo de Microsoft.
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