El lanzamiento de una nueva versión de Windows ha sido desde siempre un gran acontecimiento. Todas las compañías (instituciones públicas incluidas) que han abrazado el sistema operativo de Redmond se lanzaban sin titubear a la adopción de la nueva versión.
Antes de volcar el negocio a una nueva versión, las compañías la probaban en un período de 12 a 18 meses de duración. Esto significa que la adopción real del SO llegaba dos años después del lanzamiento oficial.
Windows 8 llega esta semana. Los expertos coinciden en que Microsoft ha desviado la atención hacia los consumidores finales más que a las empresas. Epic Fail. Microsoft obtiene el 40% de sus ingresos totales de acuerdos de licencia con empresas.
Analistas consultados por Reuters coinciden sin embargo en que la gran mayoría de compañías no serán early adopters de Windows 8. En principio, no extraña la afirmación. Queda el periodo de prueba desde el lanzamiento oficial.
Pero los analistas creen que una vez pasado el periodo de prueba, Windows 8 tampoco tendrá una gran acogida en el mundo corporativo. “Creemos que el 90% de las grandes organizaciones no acogerán Windows 8”, asegura un experto a Reuters.
Las previsiones apuntan a que en su mejor momento, Windows 8 estará en el “20% de los PC de grandes empresas”.
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