El impulso registrado por los servicios de entrega, como los de comida a domicilio, durante los últimos meses es una consecuencia más de la pandemia de coronavirus.
La imposibilidad de salir a la calle en poblaciones confinadas o el miedo a la exposición prolongada con otras personas llevan esperar tranquilamente en casa a que un repartidor entregue los pedidos realizados por internet. Los ingresos por servicios de entrega de Uber, por ejemplo, se dispararon un 125 % durante el tercer trimestre del año.
Dara Khosrowshahi, CEO de la compañía, añade que “las reservas brutas de movilidad casi se duplicaron desde los niveles del segundo trimestre”.
Pero eso no ha sido suficiente para sostener su facturación. Los ingresos totales de Uber disminuyeron un 18 % interanual. Y los ingresos por movilidad, por ejemplo, cayeron un 53 %.
La pérdida neta atribuible a Uber Technologies durante el mismo periodo fue de 1100 millones de dólares, según han hecho público sus responsables. Las iniciativas implementadas para responder a la aparición y expansión de la COVID-19 tuvieron un impacto de 18 millones en la pérdida neta GAAP.
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