La propuesta surgió después de que la empresa de búsqueda fuera censurada por su política de complicidad con la censura en China. Esta situación, según reconoció la propia Google, está “acabando con los valores y los compromisos más fundamentales de Google”.
Sin embargo, esta declaración de principios de Google acabaría por cerrarle las puertas a China, uno de los mercados más lucrativos hoy en día. El vicepresidente para desarrollo corporativo David Drummond sabe que “cerrar Google.cn no es la mejor idea en estos momentos”.
Esta propuesta, ya desestimada, hubiese exigido a la compañía, entre otras cosas, que no fuera cómplice de la censura activa, que utilizase todos sus recursos legales para resistir a las exigencias del gobierno de no incluir algunos contenidos y que en caso de que esto sucediese, informase a los usuarios de los enlaces que hubiesen sido suprimidos.
David Drummond ha señalado que está trabajando con grupos de defensa de los derechos humanos, inversores con sensibilidad social y “otros” para conseguir establecer una línea de actuación que sirva de guía a su compañía en los países donde no hay libertad de expresión. Aseguró que “aplicar rígidas leyes” no les llevaría a ningún lado.
Como no debe sorprendernos, el consejo de dirección de Google en pleno recomendó a los accionistas que dijeran “no” a la propuesta.
vINQulos
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