La directora de la división de dispositivos de Microsoft, Julie Larson-Green, ha anunciado hoy cómo será el futuro de Windows, y no un futuro demasiado lejano: habrá un único sistema operativo para todo tipo de dispositivos, lo que a priori tiene toda la pinta de ser la crónica de al menos una muerte anunciada, la de Windows RT.
A cambio estamos en las puertas de acceder a una versión extremadamente versátil de Windows, un nuevo sistema operativo que unificará lo que podamos encontrar en un servidor, un portátil o un móvil… un tablet, un televisor… la multiplicidad de plataformas no supondrá una barrera para que el usuario se encuentre con el mismo entorno, un paso más allá de una corriente en la que ya se encuentra Microsoft desde hace algún tiempo, como puede comprobarse en la evolución que ha seguido la estética de su sistema operativo Windows Phone y la versión de Windows que emplean ordenadores portátiles y tablets Surface.
Con unos dispositivos móviles cada vez más potentes y capaces, con soporte para resoluciones gráficas que nada tienen que envidiar a los monitores de los ordenadores, no deja de tener cierta lógica el hecho que el SO de los dispositivos móviles pueda empezar a estar a la altura del que se empleaba en ordenadores hace unos pocos años y que sólo la potencia de las propias máquinas sea la que marque la diferencia entre lo que será capaz de hacer un servidor o un móvil.
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