El número uno de la telefonía móvil rusa,
Mobile TeleSystems (MTS), habría
iniciado las negociaciones para la adquisición del operador armenio
K-Telecom,
valorado en 600 millones de dólares (unos 445 millones de euros).
Pese a que los clientes de la firma armenia no representan más que un 1,3 por
ciento de los abonados de MTS, la operación tiene un marcado tinte estratégico.
Y es que la política actual de las compañías de telefonía móvil de Rusia pasa
por implantarse en los mercados emergentes representados por los antiguos países
satélite de la entonces Unión Soviética, que aún cuentan con bajas tasas de
penetración de telefonía móvil.
En concreto, la tasa de Armenia es del 50 por ciento, mientras que en Rusia
ya ha alcanzado el 110 por ciento, según datos ofrecidos por
LaTribune.
La medida podría ser una reacción a las acciones del principal rival en Rusia
de MTS, Vimpelcom, quien el
pasado año ya se hizo con el número dos de la telefonía móvil armenia,
ArmenTel, por 488 millones
de dólares (362 millones de euros).
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