Se trata de tatuajes hechos con componentes magnéticos que se estampan sobre la piel y se sincronizan con un dispositivo móvil, de forma que cuando el usuario reciba cualquier tipo de alerta por la que vibre el móvil, lo hará también el tatuaje.
El inventor dice que el tattoo no tiene que ir necesariamente en una parte concreta del cuerpo, e indica a modo de ejemplo, que podría reproducirse hasta en las uñas.
La tecnología podría utilizarse también como una forma de reforzar la seguridad de los datos alojados en el dispositivo. Por ejemplo, los datos más personales sólo podrían ser visibles si la persona tatuada está cerca del terminal.
Aún así, hay muchas preguntas en el aire. Para empezar, las relacionadas con la peligrosidad de un tatuaje con componentes “magnéticos”, y otras como ¿se desconectará automáticamente la tecnología cuando, por ejemplo, estemos durmiendo?
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