El proyecto forma parte de los objetivos de la compañía espacial Stratolaunch Systems, fundada por el propio Allen.
La idea es crear un gigantesco avión dotado con hasta seis motores de los que normalmente se utilizan en los 747, capaz de propulsar cohetes construidos por SpaceX en mitad del vuelo hasta ponerlos en órbita.
“Hoy estamos en la aurora de un cambio radical en la industria del lanzamiento espacial”, ha explicado Allen durante la presentación del proyecto que “mantendrá a Estados Unidos a la cabeza de la exploración espacial y dará a los niños de mañana algo que buscar en el cielo por las noches y algo con que soñar”.
El cofundador de Microsoft cree que con este tipo de aeronave se flexibilizarán los lanzamientos al espacio, ya que serán menos costosos y más efectivos.
La empresa que dirige Allen se ha propuesto realizar la primera prueba con este tipo de aviones en el año 2015 lanzando cargamento a órbitas bajas de la Tierra.
Lo que no ha querido desvelar es la cantidad de dinero que ha invertido en este proyecto del total de su fortuna, que se estima en 13.200 millones de dólares.
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