“La receptividad que hemos tenido ha sido espectacular, todos los meses crecemos al 200% o 300%”

Un nuevo modelo de negocio se abre paso en la red. Son las páginas de comparación de precios online, que ayudan al usuario a no volverse loco en medio del maremágnum de ofertas disponibles.
Además de un ahorro sustancial de tiempo, estas páginas prometen un importante ahorro de dinero al cliente, algo más que atractivo en los tiempos que corren.

Éste es el caso de Rastreator.com, un site de comparación de precios de seguros que ha entrado con fuerza en el mercado español. Su directora general, Elena Betés, detalla el funcionamiento de la página y las claves de su éxito.

– Para quienes no conozcan Rastreator.com, ¿a qué se dedican?
Rastreator es un comparador de precios online. Lo que hacemos es conectarnos con todas las aseguradoras que tenemos en panel, mandamos los datos del usuario, las aseguradoras nos devuelven los precios y nosotros presentamos esos precios con una comparativa de coberturas. Ahorramos muchísimo tiempo al futuro asegurado, le damos precios relativamente homogéneos entre aseguradoras porque hacemos un esfuerzo de hacer comparables las coberturas y sobretodo le ahorramos dinero.

– ¿Cuánto dinero estiman que los usuarios pueden ahorrar?
Nosotros hemos hecho estudios que dicen que puedes llegar a ahorrar hasta el 50%. Llevamos un año en España y estamos tratando de evaluar la media. En Inglaterra la media de ahorro es de hasta 200 libras. Ahora por ejemplo estamos haciendo una competición que consiste en que al cliente que más se ahorre en el mes le pagamos el seguro. Este mes ha ganado una persona que se ha ahorrado 680 euros.

– ¿Cuándo y cómo nació esta idea?
Esta idea nace en el año 2000. Viene de un grupo de gente que  trabajaba en una aseguradora y se dieron cuenta de que el cliente gastaba mucho tiempo comparando. Así surge la idea de montar una plataforma que permite esta comparación. La idea era mostrar todos los precios y si el cliente quería saber qué aseguradora era tenía que pagar un pequeño fee (un euro o dos). Este planteamiento no funcionó porque Internet está vinculado a la gratuidad. En el 2002 lo hacen a la inversa, le dicen a la aseguradora que si finalmente el cliente contrata sus servicios a través de esta comparativa sea la aseguradora quien pague ese pequeño fee y ahí surge el modelo que actualmente funciona.