Tras doce años y casi tres meses entre nosotros, Windows Server 2003 cierra hoy un gran capítulo de su vida.
Y es que este 14 de julio de 2015 ha sido el día elegido por Microsoft para finalizar el soporte extendido que hasta ahora recibía este sistema operativo pensado para servidores.
Esto no quiere decir que las máquinas que todavía se basen en él vayan a dejar de funcionar de repente, pero lo previsible es que los dispositivos con Windows Server 2003 comiencen a encontrarse con problemas en el futuro si no van migrando ya a nuevas versiones.
No en vano, todo fin de soporte de una plataforma implica que ya no habrá mejoras de funciones ni parches de seguridad, con lo que eso supone. Por ejemplo, los sistemas pueden caer víctimas de la ciberdelincuencia o, directamente, acabar incumpliendo normativas.
El gigante de Redmond ya llevaba un tiempo alertando de la proximidad de esta fecha y recomendando el salto a Windows Server 2012 R2. También constuyen alternativas viables Microsoft Azure y Office 365.
De este modo se puede lograr una infraestructura más protegida, mayor rapidez en la capacidad de respuesta del negocio que ha sido actualizado y, cómo no, un rendimiento final mejorado.
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