Hace apenas una semana, fuentes anónimas cercanas a Sharp daban la voz de alarma: la compañía planeaba despedir hasta a 3.000 empleados. El movimiento iba a ser parte de una severa restructuración para reducir costes y optimizar recursos.
Finalmente estas especulaciones se han quedado cortas. Sharp eliminará hasta 5.000 puestos de trabajo, poco más de la mitad en Japón. Así lo ha confirmado la propia compañía de la mano de la presentación de los resultados de su primer trimestre fiscal.
El plan de despidos terminará en marzo de 2013 y la firma augura que le permitirá reducir los costes hasta en 1.270 millones de dólares; estas cifras sí coinciden con lo filtrado una semana atrás.
El negocio de Sharp se basa en la producción de televisiones y pantallas LCD, mercados que están experimentando una gran debilidad. Los principales actores de esta industria están modificando sus planes, ajustando presupuestos y reduciendo recursos.
Es el caso de Sony, que con el nombramiento de Kazuo Hirai como nuevo y flamante CEO de la firma, desvelaba sus intenciones de reducir los costes de la división de TV –que no ha generado beneficios en ocho años- hasta un 60%.
Sharp ha perdido 1.760 millones de dólares en tres meses.
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