Silicon Valley como eje frente a la ciberguerra mundial

El presidente de EE.UU, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, mantendrán un encuentro esta semana en el que el tema de la ciberseguridad será parte clave de la agenda.

El problema de las amenazas cibernéticas a las que se ven expuestas tanto la administración como las empresas estadounidenses ha llevado a los expertos a dictaminar que Silicon Valley y sus empresas de alta tecnología deben proporcionar las líneas maestras para la cada vez más agresiva lucha contra los piratas informáticos.

El gobierno de EE.UU. ha intensificado sus esfuerzos para frustrar los ataques cibernéticos, pero estos se han centrado principalmente en la protección de sus operaciones militares y su tecnología.

Tal y como recoge Business Insider, Paul Rosenzweig, un ex funcionario del Departamento de Seguridad Nacional, ha manifestado que la responsabilidad de evitar ataques en el sector privado corresponde en primer lugar a las empresas tecnológicas cuyos sistemas están siendo hackeados.

En los últimos años, la frustración del gobierno norteamericano ha ido creciendo, ya que los ataques de procedencia china se han multiplicado en un corto plazo de tiempo tanto en organismos públicos como en empresas privadas.

Las grandes multinacionales tecnológicas han sido víctimas de estos ataques, como Facebook, Apple, Google y Twitter. Todas ellas han apuntado a la autoría de China, aunque el gobierno nacional ha negado cualquier participación.

“China se beneficia mucho del robo de la propiedad intelectual de EE.UU, por lo que es muy difícil que se les pueda convencer de frenar este ritmo de amenazas”, ha declarado Tim Junio, investigador de ciberataques en el  Centro Internacional de Seguridad y Cooperación de la univesidad de Stanford.

En la búsqueda de soluciones viables, por su parte, James Barnett, ex jefe de seguridad pública y seguridad nacional de la Comisión Federal de Comunicaciones, ha declarado que el papel del gobierno en la lucha contra los piratas informáticos chinos debe ser ofrecer a las empresas de alta tecnología deducciones, créditos o límites de responsabilidad.

“El papel del sector privado es seguir innovando, algo que puede hacer mucho mejor que el gobierno, y en lo que Silicon Valley es el mejor del mundo”, ha expresado Barnett.