Las partidas afectadas fueron vendidas en Europa desde junio del 2007 y corresponden a modelos KDL de 40 pulgadas.
En concreto se trata de los modelos KDL-40D3400, KDL-40D3500, KDL-40D3550, KDL-40D3660, KDL-40V3000, KDL-40W3000, KDL-40X3000 y KDL-40X3500.
En total se estima que puede haber 1,6 millones de unidades afectadas, la mayoría de ellas (630.000) en Europa, aunque también se habrían vendido 480.000 unidades defectuosas en EE.UU. y Canadá y cerca de 30.000 en América Latina.
La compañía ha explicado que el problema se detectó inicialmente en Japón, donde se habrían retirado varios modelos Bravia por contener un componente defectuoso que podría llegar a “sobrecalentarse y quemarse en el interior de la televisión” provocando una fusión de la carcasa.
Los portavoces de Sony aseguran que hasta la fecha no se ha registrado ningún tipo de lesión o daño físico, pero como dice el refrán más vale prevenir que curar y por ello han iniciado un programa de revisión gratuita de los modelos potencialmente afectados.
Además, piden a los usuarios que si observan algo extraño en sus televisiones como ruidos, olores extraños o humo lo apaguen inmediatamente, desconecten el cable de alimentación y se pongan en contacto con Sony.
El defecto en las televisiones Bravia es la guinda de una nueva semana para olvidar en Sony ya que la sombra de los ciberataques vuelve a planear sobre la compañía.
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