Victorias republicanas en EEUU gracias a errores de software

La Electronic Frontier Foundation y la mayoría de universidades de los
EEUU se han unido para denunciar las prácticas fraudulentas de la firma
de voto electrónico, Diebold Elections Systems.

Un hacker entró en el sistema de la compañía y copió 15.000 documentos

confidenciales, que puso a disposición del público. En ellos se

demuestra que el software de Diebold, usado en las elecciones que

dieron la victoria a Bush y Schwazeneger, tenía agujeros que permitían

cambiar los votos.

En marzo, alguien se introdujo en los

servidores de la compañía norteamericana de sistemas de votación

electrónica, Diebold Elections Systems, y copió 1,8 gigabits de datos,

la mayoría correo electrónico desde 1999 y documentos internos. Diebold

suministra máquinas de votación electrónica a 37 estados y tiene

repartidas más de 50.000 terminales por el país. Los documentos

demostraban que la empresa conocía los graves errores de seguridad en

sus programas, que podían provocar fraude, como la posibilidad de

cambiar votos sin dejar rastro o la instalación de programas no

certificados por las autoridades electorales.

En agosto, el

hacker envió los documentos a diversos activistas, que los publicaron en

sus weblogs. Pronto, otras webs replicaron el contenido, la mayoría en

universidades estadounidenses, desde Harvard hasta el Bronx, pero

también Australia, Canadá o Italia. Diebold les mandó avisos legales

para que retirasen los documentos, amparándose en la ley de derechos de

autor Digital Millenium Copyright Act (DMCA). Capitaneados por el grupo

de estudiantes Why War?, del Swarthmore College de Pennsylvania, los

activistas iniciaron entonces una campaña de desobediencia civil

electrónica, negándose a retirar el material.

Según los

estudiantes, no podemos permitir la supresión de evidencias que prueban

que una máquina Diebold registró 16.022 votos negativos para Al Gore en

Florida, durante las elecciones presidenciales del 2000. Tampoco que el

CEO de esta compañía ha dado 9.965 dólares a Bush y el partido

republicano desde el 2001. Ni que Diebold se esté preparando para contar

los votos de las presidenciales del próximo año. Están usando la ley del

copyright para suprimir una información que necesita ser hecha

pública.

Diebold envió también un aviso legal al

proveedor Online Policy Group, para que uno de sus usuarios, el San

Francisco Indymedia, retirase enlaces hacia los documentos. Este ISP,

sin ánimo de lucro, está ligado a la Electronic Frontier Foundation

(EFF), que salió en su defensa. La EFF y la Stanford Law School han

pedido una orden judicial para que Diebold deje de enviar amenazas.

Según los abogados de la EFF, las exigencias abusivas del copyright no pueden silenciar el debate público sobre la seguridad

del voto electrónico. Estos documentos son del dominio público, por su

importancia en este debate. Además, defendemos el derecho de los

usuarios a enlazar con información que es crítica.

Diebold ha hecho pocas declaraciones sobre el tema: que sus amenazas no

significan que los documentos sean auténticos y que algunos pueden haber

sido alterados, después de robados. Un ex-trabajador de la compañía ha

desvelado, por su parte, que Diebold instaló, el año pasado, tres

programas no certificados en 22.000 máquinas, vendidas al estado de

Georgia por 56 millones.

Las consecuencias no se han hecho

esperar: Marc Carrel, de la secretaría de estado de California, ha

anunciado que retrasará la certificación de los productos de Diebold

para las elecciones de 2004, hasta que no se haga una investigación.

Según Carrel, Diebold instaló programas sin certificar en 4.000 máquinas

de voto electrónico del condado de Alameda, usadas en las elecciones que

dieron la victoria a Arnold Schwazeneger. Otro condado californiano, San

Diego, se encuentra en estos momentos negociando la compra de 10.000

máquinas Diebold.

En Maryland, los demócratas han pedido una

auditoría independiente a las máquinas Diebold que su estado acaba de

comprar. Los demócratas no se fían de los informes de la auditora

Science Application International Corp (SAIC): en julio, un estudio de

dos universidades avisaba a las autoridades de Maryland de serias

debilidades en el sistema de voto de Diebold. Se pidieron explicaciones

a SAIC, quien replicó que los científicos no entendían el sistema. En

Europa, se ha creado una plataforma para exigir la fiabilidad del voto

electrónico.