Según explican, las películas serían servidas en streaming y el servicio sería financiado con publicidad a base de impresiones comerciales al inicio o final de la película. Hay gran escepticismo en algunos círculos de la industria del entretenimiento, que duda si esta forma de llegar al gran público puede ser rentable a base de anuncios, sin que suponga una molesta publicidad intrusiva para el usuario.
Google ni confirma ni desmiente, aunque ha emitido una nota oficial que dice: “Estamos en negociaciones con una gran variedad de empresas de entretenimiento. Nuestro objetivo es ofrecer las máximas opciones para nuestros usuarios, socios y anunciantes”.
Las encuestas han demostrado que por abrumadora mayoría, los internautas siguen prefiriendo la descarga del material multimedia para copia o visualización posterior en cualquier tipo de reproductor, algo que no se ha aclarado si será posible hacerlo “legalmente” con el nuevo servicio, que dicen podría estar disponible en un plazo de entre uno y tres meses.
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