5 consejos para que las cookies no comprometan tu privacidad

¿Qué son las cookies? ¿Qué tipos hay? ¿Pueden ser perjudiciales? A estas y otras preguntas de los internautas intenta responder Kaspersky Lab.

A nadie le sorprende ya que, al navegar por Internet, el ordenador recuerde nuestras preferencias de búsqueda o nuestros datos de inicio de sesión. Esto es posible gracias a las cookies, esos pequeños fragmentos de texto o datos que el servidor web proporciona al navegador sobre nuestros hábitos online.

Aunque es de gran utilidad que nos recuerden y puede ahorrarnos una buena cantidad de tiempo, también es posible que se convierta en un quebradero de cabeza si no se toman las precauciones adecuadas.

cookies1Para empezar, hay que saber que se puede hablar de tres tipos de cookies. Las temporales o de sesión sólo persisten mientras dura ésta y, una vez cerrado el navegador, desaparecen. Las permanentes se mantienen en el tiempo durante un número variable de sesiones o hasta que el usuario las elimina manualmente. Permiten, por ejemplo, obtener información meteorológica de un lugar sin que tengamos que especificar cada vez nuestra ubicación, personalizando la experiencia de uso.

Finalmente, las llamadas cookies de terceros han sido creadas por determinadas webs para rastrear nuestro comportamiento online con fines comerciales y publicitarios. Así, los anunciantes pueden ofrecernos artículos y servicios que se ajusten al perfil elaborado según nuestras preferencias de navegación.

Aunque en sí mismas no son peligrosas, los ciberdelincuentes sí que pueden aprovechar ciertos elementos para propiciar un ataque. Así ocurrió en 2011 con una vulnerabilidad en Internet Explorer que permitía un ataque man-in-the browser a los usuarios que, sin saberlo, compartían sus cookies.

Para evitar cualquier tipo de incidente, desde Kaspersky Lab han difundido cinco consejos que pueden ayudar a la hora de estar a salvo ante los ciberdelincuentes. Son estos:

1. Limpiar o eliminar las cookies. Es recomendable eliminar el historial de navegación y las cookies al acabar la sesión. Para los más olvidadizos, existen soluciones que pueden hacerlo automáticamente.

2. Modificar los ajustes del navegador, de tal manera que tengas el control sobre la información que rastrean las cookies. Por ejemplo, Firefox y Safari ofrecen un mayor control sobre esa información.

3. Usar los Add-Ons. Con esta herramienta del navegador, podremos gestionar las cookies de manera más específica e, incluso, activar sólo aquellas con las que queramos compartir nuestra información online.

4. Compartir con moderación. Es conveniente no introducir datos personales en sitios donde las cookies puedan almacenarlos y hay que recordar siempre no dejar abierta ninguna cuenta o sesión.

5. Protegerse. Tener instalada una buena solución de seguridad es la última defensa ante cualquier ataque y nos permitirá tener el control de nuestra privacidad.