A diferencia de las que usan un filamento fundido que va siguiendo unas líneas en cada capa, la impresión con resina es mucho más rápida, detallada y cada capa se genera en un solo movimiento, aunque también tienen un coste mucho más elevado.
En esta ocasión, esta impresora de origen italiano cuesta 6.000 euros, entre 6 y 10 veces más que las de filamento, pero a cambio aporta una resolución de 50 micras en X e Y, 1 micra en Z y un volumen de impresión de 102 x 78 x 160 mm. Además dispone de un dispositivo de ultrasonidos para limpiar las piezas y hasta un horno ultravioleta para su endurecimiento.
Todo ello en un aparato que quizás no sea para tener en el escritorio debido a sus 40 kg de peso y sus 22 x 38 x 57 cm de volumen. Aún así, para los que conozcan la impresión 3D y quieran dar un paso más allá en la creación de piezas pequeñas y alta resolución, 3DLPrinter es una opción muy a tener en cuenta.
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