6 de cada 10 profesionales de los centros de operaciones de seguridad se han planteado dejar su trabajo

La sobrecarga de información, la falta de recursos y la incapacidad de capturar inteligencia procesable están afectando a su día a día.

Los directivos de las compañías y los trabajadores de los centros de operaciones de seguridad (SOC) tienen percepciones distintas sobre la situación actual de la industria.

Así se desprende del SOC Perfomance Report de Devo, que desvela que un 40 % del personal ve como barrera para el éxito la falta de liderazgo y apoyo a nivel ejecutivo.

Mientras mitad de los ejecutivos cree que su SOC está siendo muy eficaz, menos de un 40 % del personal opina lo mismo. Del mismo modo, más de la mitad de los ejecutivos confía en la capacidad de investigación de su SOC frente a un tercio de los profesionales que se atreve a conceder una puntación alta.

Los trabajadores de los centros de operaciones de seguridad dicen sentir cada día más presión para realizar sus tares y al menos 1 de cada 2 se lamenta de la actual falta de talento.

El 60 % llega a confesar que carece de visibilidad en la infraestructura de TI. Y todavía más, un 70 %, acusa a la sobrecarga de información de que trabajar en un SOC se haya convertido en algo angustioso por momentos. Otros motivos son la falta de recursos (58 %) y la incapacidad de capturar inteligencia procesable (56 %).

Ante esta situación, un 63 % del personal consultado dice que ha llegado a plantearse dejar su trabajo o, directamente, cambiar de carrera profesional.

“La creciente falta de percepción sobre la eficiencia de los SOC entre los responsables de operaciones y los profesionales debe ser vista como una señal de advertencia ante las persistentes frustraciones, las cuales sin duda pueden tener implicaciones en la eficacia de los SOC y la retención de los propios profesionales”, comenta sobre los resultados de la encuesta Gunter Ollmann, CSO de Devo.

“Ya sea por complacencia o por seguir explorando nuevos modos de trabajo y contrataciones de personal en el último año, las organizaciones no pueden permitirse el lujo de estancarse en el desarrollo de sus propias defensas contra una creciente avalancha de ataques”, advierte.

Ollmann opina que, “aunque han capeado el temporal en los últimos años, las organizaciones necesitan una ‘inyección de refuerzo’ tanto en su liderazgo como en sus recursos para seguir construyendo una mejor defensa con la mente puesta en todo lo que está por llegar”.