La alianza incluye grandes compañías como 3M Co y Johnson Controls-Saft y tiene como objetivo evitar la fragmentación estadounidense en el sector frente a los gigantes asiáticos que actualmente lideran la fabricación de baterías.
La sociedad espera garantizarse una financiación estatal de hasta 2.000 millones de dólares para construir una fábrica abierta a los participantes que perfeccione y fabrique las baterías eléctricas de ión-litio.
La “National Alliance for Advanced Transportation Battery Cell Manufacture” se basa en proyectos de éxito como SEMATECH, una joint-venture de empresas privadas y capital estatal público, creada en los años 80 para restablecer el dominio del país en tecnología de semiconductores.
Se considera que las baterías de litio serán el próximo salto tecnológico en energía eléctrica para vehículos, ya que podrán recargarse en un enchufe de pared estándar tal y como hacemos con nuestros ordenadores portátiles.
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