El Tribunal Superior francés (Tribunal de Grande Instance) en Versalles decidió en diciembre que Amazon estaba violando la ley Lang de 1981 con sus envíos gratuitos. Esta ley prohíbe a los libreros ofrecer descuentos superiores al cinco por ciento del precio establecido. Al no cobrar los envíos, el descuento efectivo que hace Amazon termina siendo incluso mayor.
A raíz de la sentencia, se dio a la compañía un plazo de diez días para que empezase a cobrar los envíos de los productos comprados en su página. Si no, se le dijo, tendría que pagar una multa diaria. Amazon debe también 100.000 euros a la Unión de Libreros Franceses por las costas y por el perjuicio que les ha causado. Ahora se han cumplido los diez días de gracia y Amazon ha anunciado oficialmente que no va a acatar las órdenes del tribunal y que prefiere pagar la multa antes que cobrar a sus clientes.
Amazon podrá hacerlo durante 30 días (lo que le costará 30.000 euros), pero después de ese tiempo el tribunal volverá a revisar el caso. El CEO de Amazon, Jeff Bezos, ha enviado un correo electrónico a sus clientes franceses diciéndoles que “Francia debe ser el único país del mundo en el que el envío gratuito practicado por Amazon ha sido considerado ilegal”. Después pidió a la gente que firmase una protesta por Internet, iniciativa que cuenta ya con el apoyo de 120.000 firmas.
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