Con las anteriores normas, un usuario que hubiera creado un libro con la citada aplicación otorgaba a a Apple los derechos en exclusiva sobre esa obra, y no podía publicar ese trabajo en otros medios.
De esa forma Apple se aseguraba que la obra unicamente pudiera ser accesible a través de sus dispositivos, pero esa decisión no sentó nada bien a los creadores de contenidos y las protestas en internet no tardaron en aparecer.
Ahora, han reaccionado a las quejas y han optado por cambiar algunos puntos de ese polémico contrato, de forma que Apple solo podrá exigir los derechos de distribución en exclusiva para aquellos archivos .ibook que hayan sido elaborados con su aplicación.
Gracias a ello, si ese mismo contenido se distribuye en otros formatos los usuarios no tendrán restricciones de parte de Apple y podrán comercializarlo a su gusto.
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