ARM ha presentado sus resultados fiscales correspondientes al tercer trimestre anual. Los números publicados han superado las estimaciones de analistas que esperaban 223 millones de dólares. Los ingresos han alcanzado finalmente los 231 millones de dólares, como recoge Reuters.
El éxito se debe a la creciente demanda de semiconductores que se utilizan en smartphones y tablets, un mercado que la compañía británica prácticamente monopoliza. Clientes como Apple y Samsung avalan su permanencia.
Pero en toda historia de éxito hay una cara B, esa que sale perdiendo. En ese caso el triunfo de ARM golpea a los fabricantes de procesadores de PC tradicionales. La más afectada es AMD, que tras presentar unos resultados financieros a la baja ha anunciado recortes en su plantilla. Intel pelea con su plataforma Medfield por hacerse un hueco en el mercado móvil en la medida que las expectativas de ventas de Ultrabooks no mejoran.
Mientras sigue la debacle de Advanced Micro Devices, ARM prevé un Q4 “fuerte”, con beneficios procedentes sobre todo por venta de licencias. La firma espera llegar a un “récord de pedidos”, para cuya consecución ayudará sin duda el tirón navideño.
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