El ambicioso plan canadiense implica que aquellos emprendedores extranjeros que cumplan con los requisitos necesarios para montar un negocio en ciudades como Montreal, Toronto, Vancouver o Waterloo, tendrán derecho de forma automática a la nacionalidad y no necesitarán esperar varios años.
En particular los canadienses buscan profesionales expertos en ingeniería que ayuden a crear empleo en el país y contribuyan a crear un núcleo tecnológico en el país.
Otra condición indispensable para obtener el visado es que los aspirantes logren un mínimo de 25.000 dólares de financiación, cantidad que deberá venir de un Business Angel canadiense, o bien obtengan 75.000 dólares de una compañía de capital y riesgo.
Durante el primer año de ese proyecto tendrá lugar una primera fase experimental en la que se otorgarán 2.750 visados a los emprendedores y sus familias, informan desde VentureBeat.
Además, se ha confirmado que aunque un proyecto resulte fallido, no se deportará a los emprendedores que lo iniciaron.
Lo cierto es que desde Estados Unidos pueden verse afectados por ese nuevo visado de sus vecinos, que podría atraer a Canadá talento que en otros casos hubiera acabado en Silicon Valley.
Eso sí, en los negocios ya establecidos en la capital tecnológica californiana los expertos no creen que sea rentable el cambio de sede, y consideran que no se marcharán tan fácilmente a Canadá por los costes que conllevaría el traslado.
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