EcoStruxure: De los megavatios a los negavatios

Schneider Electric ha presentado recientemente en España EcoStruxure, su propuesta para la gestión global e inteligente de la energía, como respuesta a la creciente demanda global de recursos energéticos y al endurecimiento de las normativas en aras de un mayor ahorro energético.

El Centro de Convenciones Internacional de Barcelona fue el escenario elegido para la presentación de EcoStruxure a la prensa, clientes y partners de Schneider Electric. España es el tercer país donde se presenta de forma oficial, en el contexto del profundo proceso de transformación que está afrontando esta compañía francesa con más de 170 años de historia a sus espaldas, gran parte de los cuales han estado y están relacionados con el sector energético en general y el eléctrico en particular.

El sector de la energía ha sido tradicionalmente uno de los que menos ha cambiado en las últimas décadas, con una organización lineal, unidireccional y analógica desde su generación hasta el consumo, pasando por la distribución. La prioridad era disponer de energía para poner en marcha todo un tejido industrial y social donde se daba por supuesto que esa energía era abundante, inagotable, inocua y barata. Pero las últimas décadas han puesto de manifiesto la fragilidad de un sector que se enfrenta a un dilema muy simple en su planteamiento, pero complejo en su resolución:

La demanda de energía eléctrica se duplicará para 2030, y la de energía en general lo hará en 2050. Al mismo tiempo, es preciso reducir a la mitad las emisiones de CO2.

Como corolario a este dilema hay que sumar la exigente normativa que en el caso concreto de Europa exige consumos energéticos prácticamente nulos para los edificios de aquí a 2018 y 2020, y nuevos baremos y escalas para medir la eficiencia energética en todos los ámbitos, desde el residencial hasta el industrial.

Así pues, la energía no es tan abundante como se pensaba (los combustibles fósiles se agotan a un ritmo muy superior al de su generación). Las energías renovables no son la panacea que se pensaba que serían una década atrás. Además, la generación de la energía origina emisiones de elementos contaminantes como el CO2. Además, los precios de la energía están sujetos a cambios y fluctuaciones.


Digitalizar la energía

La solución genérica al dilema energético pasa por potenciar las energías renovables del lado de la generación, y dotar a la red eléctrica de inteligencia para pasar a hablar de la “Smart Grid”. Controlar cada punto de la red de distribución y actuar sobre ellos de forma dinámica y en tiempo real según se necesite para maximizar el uso de la energía, usándola cuando se necesita y no gastándola cuando no se necesita, con el objetivo puesto en mejorar la eficiencia energética. Pero, si bien parece claro que el futuro de la energía pasa por el “Smart Grid”, lo que no está tan claro es la forma de implementarlo. El despliegue de las redes “Smart Grid” requiere desarrollar todo un sistema de medida de los parámetros de funcionamiento de cada componente del “grid” desde la producción hasta el consumo en el enchufe o la toma de corriente. Requiere intercomunicar todos los componentes y desarrollar sistemas de control y algoritmos que controlen la topología del Grid para conseguir el funcionamiento más eficiente a partir de todos los datos recolectados en tiempo real por los medidores y sensores. Se trata de aplicar técnicas de procesamiento digital sobre todos los datos “digitalizados” en el Smart Grid para tomar decisiones en tiempo real según varíe la demanda o la generación por parte de fuentes renovables. La inteligencia del Smart Grid residirá en la red de datos, que convivirá con la red eléctrica, así como en el software desarrollado para gestionarla.

“La energía más barata es la que se aprende a ahorrar” es uno de los eslóganes de Schneider Electric, que también adopta como unidad de medida el “Negavatio” entendido como la energía que no se gasta. “Por cada unidad de energía que se gasta, se invierten tres en generarla”, recordaba Francisco Juan, Director Técnico Arquitecturas de Soluciones Schneider Electric España. Así que el ahorro más importante se da cuando no se consume energía, pues no sólo se ahorra la que no se ha gastado, sino la que no se emplea en generarla, que suponen una cantidad tres veces mayor…