Y la que le espera es buena. Gary McKinnon, conocido como el cracker del Pentágono, se enfrenta a una posible cadena perpetua por acceder a 97 ordenadores militares y de la NASA. McKinnon ha admitido haber accedido a los ordenadores desde su casa en Londres pero asegura que lo hizo para buscar información sobre los OVNIS.
Los abogados de este británico de 42 años apelarán aún al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, como último recurso para evitar la extradición. Estados Unidos asegura que McKinnon cometió un crimen que puso en peligro la seguridad nacional -el mayor crimen informático de la historia militar-. Por eso el cracker podría ser juzgado según la ley antiterrorista de Estados Unidos y sentenciado a cadena perpetua. En el Reino Unido, sin embargo, fue arrestado en 2002 pero nunca se le ha condenado.
Como dicen sus abogados: “Gary McKinnon no es ni un terrorista ni un simpatizante con los terroristas. Las consecuencias de ser extraditado a Estados Unidos son desproporcionadas e intolerables”.
vINQulos
BBC
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