El ex presidente de Fujitsu, Kuniaki Nozoe, llevará al fabricante japonés a los juzgados por forzar su dimisión el septiembre pasado y hacerla parecer voluntaria. Entonces, cuando se “sugirió” a Nozoe dejar la empresa se afirmó ante la opinión pública que éste dejó la misma por razones de salud.
Nozoe, de 62 años, ha manifestado su intención de demandar a la nipona, y en concreto a dos de sus directivos, por 5.000 millones de yenes (40 millones de euros) por vincularle a un fondo de inversiones que había mantenido lazos con el crimen organizado, dañando así su honor e imagen.
El ex directivo ha desmentido su vinculación con estos colectivos y ha definido todo el conflicto como “una situación inusual en la que el jefe de una compañía fue destituido por una razón falsa”. En febrero ya exigió que se anulara su renuncia y le devolvieran su cargo, sin embargo, Fujitsu rechazó la propuesta.
Por su parte, el fabricante arguye que Nozoe aceptó dimitir y que se justificaron razones de salud para proteger la reputación de la compañía ante los oscuros negocios de su mandamás.
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