Esta escasez se debe a la interrupción de la actividad de Kureha, compañía responsable del 70% de la producción mundial de un polímero fundamental en la construcción de baterías de iones de litio.
La planta japonesa que esta empresa posee en Iwaki permanece cerrada desde que se produjo el devastador terremoto que ha asolado Japón, y la compañía aún no tiene claro cuándo podrán retomar la actividad.
Al parecer, el seísmo no afectó directamente a la estructura de la fábrica, pero el estado en el que ha quedado el puerto cercano de Onahama tras el tsunami ha provocado la escasez de suministros en las sustancias que necesitan para seguir con su ritmo de fabricación.
Además, la fábrica se encuentra a tan sólo 60 kilómetros de la central de Fukushima.
Precisamente esta planta era la única que se dedicaba a la producción del polímero para las baterías, de forma que sus responsables se están viendo obligados a trasladar la fabricación a zonas de China, un plan que ya tenían en mente antes de que sucediera el desastre pero que han tenido que adelantar.
La escasez de este polímero no es el único problema que puede tener Apple para continuar con su ritmo tras el desastre de Japón, ya que también la fabricación de otros componentes como las memorias flash NAND se ha visto afectada.
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