Es, por tanto, una actividad que puede permitir la optimización y ahorros de costes de gran importancia, especialmente si reparamos en el hecho de que tradicionalmente ha recibido poco consideración por parte de empresas y profesionales.
Nuestro primer objetivo de estudio fue el análisis de la práctica real de pruebas en los proyectos de desarrollo en España. El resultado fue que, sobre un total de 20 aspectos clave para que las pruebas sean óptimas, en una amplia y variada muestra de empresas, el promedio realmente implantado es de 8.
Además, sólo alrededor de un 25% de los profesionales cuentan con formación específica en esta técnica. Tras conocer estos datos, estudiamos el comportamiento de un centenar de profesionales a la hora de diseñar las pruebas para comprobar si, individualmente y más allá de la gestión en sus empresas, sus resultados son buenos.
Lamentablemente nos encontramos que a la mayoría le falta ser más sistemáticos porque terminan siendo poco eficaces (dejan cerca de la mitad de las opciones de los programas sin pruebas adecuadas y prueban menos las opciones más importantes) y más eficientes (repiten innecesariamente pruebas parecidas que no aportan más seguridad con el correspondiente gasto de tiempo).
Al constatar esta situación, nos planteamos un último análisis para detectar cuáles podrían ser los factores que favorecen estos discretos resultados. Tras consultar a un panel de expertos convocado por la red REPRIS sobre pruebas de software en 2007 en Zaragoza, se sugirieron 23 posibles factores.
Se quiso constatar dichas conclusiones con una variada muestra de un centenar de profesionales de distintos sectores (banca, turismo, consultoría, tecnología, administraciones públicas, etc.) para analizar si las causas sugeridas eran consideradas como realmente extendidas en el mundo del software y si, en caso de producirse, tenían influencia negativa en las pruebas.
Firma invitadaNombres destacados del sector TIC opinan sobre las principales tendencias de la industria.