Resulta que el creador del juego, Patrick Klug, decidió que además de que tuviera un módico precio, tan sólo 8 dólares, debía plantear una forma de hacer ver que piratear tiene sus consecuencias para los desarrolladores, sobre todo los pequeños. Su estrategia consistió en subir una copia “especial” por bit torrent.
En esta copia, a partir de un momento aparecerá un mensaje en el juego en el que se avisa al jugador de que debido a que la gente está bajándose los juego en lugar de comprarlos, las ventas sufrirán bastante. Esto hace que el juego sea realmente difícil, por no ser decir imposible.
Resulta fascinante cuando, ya dentro del mundo real, en los foros los jugadores se quejan de esto al desarrollador y buscan que lo corrija o que incluya opciones como sistemas anticopia o DRM.
Más aún cuando el 90% de las copias de este juego son ilegales y GreeHeart sólo ha obtenido 2.140 dólares con su juego, a pesar de su éxito. Moraleja, la realidad supera a la ficción y no tiene selector de dificultad.
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