NPD analizó las preferencias de los consumidores estadounidenses, que señalaron en un 68 por ciento que la capacidad de ver contenidos en 3D es una función interesante que podrían utilizar en el futuro, pero no influye en la decisión de adquirir un nuevo televisor.
Asimismo, los consumidores señalaron que una de las razones que les echan para atrás al plantearse comprar un televisor con tecnología 3D es la necesidad de llevar gafas especiales para poder ver contenidos en formato tridimensional.
En cualquier caso, las ventas de esas televisiones presentan una línea ascendente y en 2011 se duplicaron los registros del 2010, lo que demuestra que es un mercado donde hay posibilidades de negocio.
Ben Arnold, encargado de dirigir los análisis de NPD, ha aventurado que el futuro vendrá marcado por las televisiones interactivas que ofrecen conexión a internet.
Para el experto, aquellas compañías que desarrollen el mejor contenido para los usuarios y a su vez fabriquen mejores televisores lograrán ganar cuota de mercado.
Por último, ha comentado que la importancia de los controles gestuales y de voz es pequeña para la mayoría de los usuarios, ya que en la mayoría de casos, tareas como el cambio de canal, se realizan de forma más rápida con el mando a distancia.
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