No cabe echarle la culpa a virus formateadores, a la mala fortuna o a un compañero vengador con la pérdida de información. La culpa del borrado de información es de los propios usuarios.
Según datos de CheckPoint, entre el 80% y el 90% de las pérdidas de datos corporativas se producen por acciones no intencionadas de los propios usuarios.
Ante este problema sólo queda echar mano de la tecnología, aunque no siempre las herramientas de prevención pueden solucionar la papeleta.
“El problema al que se enfrentan las soluciones DLP es la gran cantidad de falsos positivos que saturan a los administradores de sistema, que tienen que revisar toda esa información que es viva y cambia continuamente”, apunta Joaquín Reixa, director general de Check Point en España y Portugal.
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