Los expertos debaten los trazos de la futura Biblioteca Digital Europea

Expertos franceses han debatido las líneas de la futura biblioteca digital europea (BDE). Una comisión se ha reunido para estudiar el lanzamiento de la BDE que tiene previsto digitalizar de 600.000 a un millón de libros cada año. Cinco países, Alemania, España, Hungría, Italia y Polonia se han unido a la iniciativa francesa para crear una biblioteca digital europea que compita con las puestas en marcha por Google o Yahoo!.

En principio, se ha hecho hincapié en la digitalización de textos fundadores de la cultura europea, para disponer de una base de textos fundamentales de la cultura del Viejo Continente sin caer en “la obsesión de la cantidad”, según Agnès Saal, directora general de la Biblioteca Nacional de Francia (BNF). El proyecto incluirá después diccionarios, obras científicas e incluso periódicos.

El objetivo del comité que prepara la BDE reunido tiene previsto que ésta empieza a funcionar este año, en cooperación con los países que son el “núcleo duro” del proyecto. Los cinco países mencionados se unieron a la idea impulsada por Francia el pasado abril y pidieron a la Comisión Europea una iniciativa para lanzar un proyecto de biblioteca digital.

Desde entonces, ya se han adherido al proyecto 23 bibliotecas nacionales de países de la UE. De los 25, sólo faltan Portugal, por razones técnicas, y Gran Bretaña, pese a “que tiene una posición muy similar en cuanto a los objetivos”, según Agnès Saal.

Francia gastará entre 8 y 15 millones de euros para digitalizar de 150.000 a 200.000 libros por año, según el presidente de la BNF, Jean-Noël Jeanneney. En toda Europa, podrían ser digitalizados entre 600.000 y un millón de libros por año.

El proyecto de la BDE competirá con el gigantesco programa de digitalización de libros emprendido a finales de 2004 por el motor estadounidense de búsqueda en Internet Google, así como con el de Yahoo!, que anunció a su vez en octubre un proyecto de biblioteca digital.

La fortaleza del proyecto europeo está en centrarse en el aspecto cualitativo a la hora de digitalizar y tratar los textos, sin olvidar la idea de memorizar muchos libros, pero siempre primando el trabajo bien hecho, según el presidente de la BNF.