“Nuestra misión es hacer frente a la demanda de Linux que la industria está experimentando actualmente”.
Con él, “estamos volviendo nuestro programa de formación y certificación Linux más accesible a los usuarios de todo el mundo, ya que el talento no se limita a una geografía o una distribución”, dice Zemlin. De este modo, “permitirá a los empleadores identificar fácilmente el talento en Linux”, asegura.
¿En qué consiste el renovado programa, exactamente? En un par de exámenes por los que habrá que pagar 300 dólares. Esto es, 300 dólares por cada uno de ellos.
Sus nombres son Linux Foundation Certified System Administrator y Linux Foundation Certified Engineer, o LFCS y LFCE, y cuentan con un fuerte componente práctico. Quienes quieran conseguir la certificación deberán demostrar sus competencias sobre CentOS, openSUSE o Ubuntu. Una de sus grandes ventajas, según destacan desde la fundación, es que las pruebas se pueden realizar online, “desde cualquier lugar y en cualquier momento”.
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