La última vez que se alcanzó un éxito de ventas tan significativo fue en el año 2000 por parte del grupo Nsync, quien en su primera semana a la venta logró vender 2.416.000 unidades de su trabajo “No strings attached”. Y por entonces el negocio de la venta de música en formato digital no había adquirido las dimensiones que presenta en la actualidad.
En realidad a Adele le ha bastado con tres días para superar las ventas de Nsync. Prescindir en este caso de la posibilidad de que su disco esté disponible en las plataformas de streaming como Spotify, Pandora, Apple Music… ha resultado ser una acertada estrategia al reducir los canales por los que acceder al disco, de forma que los más entusiastas han tenido poca alternativa (legal) a hacerse con él salvo la compra online.
Parece claro que Adele ha tomado nota del ejemplo de Taylor Swift, quien el año pasado retiró todos sus discos de AppleMusic aunque posteriormente accedió a que estuvieran disponibles en la misma, pero mientras tanto las ventas que obtuvo fueron más que remarcables.
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