Los ingenieros confirman que actualmente las unidades de almacenamiento con el estándar SATA II suponen un cuello de botella frente al avance de otros componentes de una computadora, especialmente con la llegada de las unidades de estado sólido que se acercan peligrosamente al máximo teórico del actual estándar.
La llegada del nuevo protocolo con velocidad máxima de transferencia de datos de 768 Mbytes por segundo, pretende aliviar esta situación, junto a otras caracterícticas como la mejora en la gestión energética y un nuevo comando –NCQ- para transferencia de datos síncronas en aplicaciones de alta demanda de datos.
El nuevo estándar será compatible con las unidades y cableado existente, aunque se necesitarán nuevas controladoras y dispositivos para alcanzar todo su potencial. Seagate ya demostró con una unidad conectada en placa base de AMD en fase de prototipo, el rendimiento que se podría alcanzar, prometiendo que a finales de año podría tener disponible algún dispositivo.
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