Sony ha presentado un beneficio operativo de 96.900 millones de yen (780,8 millones de dólares al cambio), un incremento del 39% en comparación con el mismo período de hace un año.
Bajo el mandato de Kazuo Hirai, Sony se ha estado alejando de los negocios menos rentables para centrarse en los de mayor potencial. Esta estrategia ha implicado la venta de la marca Vaio, la desinversión en el negocio de TV y ha dejado abierta la posibilidad de venta del negocio de smartphones.
En contrapartida, la nueva Sony ha apostado fuertemente por dos áreas: la de sensores de imagen y la de consolas.
En concreto, Sony anunció la venta de acciones y bonos convertibles para recaudar un capital con el que reforzar su negocio de sensores de imagen. No es el único empujón que ha dado la japonesa a esta área; en febrero anunció una inversión de 892 millones de dólares y el traspaso de 220 empleados a este sector. Dos meses más tarde inyectó 376 millones de dólares más.
En el comunicado oficial publicado ha dicho que espera generar 580.000 millones de yen en ventas de sensores de imagen, un incremento de 30.000 millones en comparación con previsiones anteriores.
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