SpellForce: The Order of Dawn

Una auténtica mezcla de géneros.

Es evidente que los juegos de rol, al crear el jugador su propio

personaje y hacerlo crecer y evolucionar de acuerdo a su personalidad y

aspiraciones, suelen ser obrar de lo más inmersas y adictivas. Por eso,

de unos años a esta parte se han introducido elementos de rol en otros

géneros, generalmente en los shooters. Pero aquí os presentamos el

primer juego de rol y estrategia a partes casi idénticas, ofreciendo una

suculenta pócima.

A primera vista, SpeelForce parece el

típico juego de rol. Nada más empezar encontramos una pantalla de

creación de personaje donde elegir el aspecto y habilidades de nuestro

alter ego y configurar sus estadísticas. Después, pasamos al mundo del

juego, una especie de archipiélago gigantesco devastado por la

sempiterna lucha entre el bien y el mal. Esta vez el duelo gravita entre

una caterva de infernales magos y un hechicero de buen corazón, que a

dedicado los últimos años a comunicar las innumerables islas con

portales mágicos. Nuestro personaje tendrá que buscarle y enfrentarse a

fuerzas demoníacas de bandidos, orcos, arañas, goblins y demás ralea.

Por supuesto, a medida que avancemos, ganaremos experiencia resolviendo

los entuertos y pequeñas misiones que nos encarguen los aldeanos. Así,

mejoraremos a nuestro campeón, conseguiremos objetos poderosos y

obtendremos más pericia en diferentes habilidades mágicas. Hasta aquí

puro rol.

¡A las armas! Pero, ¿qué pasa cuando

tenemos que tomar un castillo o asaltar una aldea? Pues que, por muy

héroes que seamos, lo mejor será levantar un ejército al más puro estilo

estratégico. No podremos acudir a este recurso siempre, ya que sólo es

posible crear las unidades en momentos especiales desperdigados en

ciertos puntos, y son necesarias determinadas runas escondidas en los

escenarios, pero hay ocasiones en las que será ineludible formar un

regimiento de combatientes para continuar. Así pues, recoger recursos,

construir edificios especializados de producción y defensa y entrenar un

ejército con diferentes unidades será una tarea más en nuestro periplo

isleño.

Y todo con unos gráficos 3D casi perfectos,

realmente bonitos, llenos de detalles, con mapas bastante grandes y un

increíble zoom.

La única pega que se le puede poner es la

casi nula IA que tienen las unidades estratégicas, el que no se puede

fijar su agresividad y la necesidad de estar siempre pendiente de ellos

si queremos que hagan su trabajo. Es realmente un engorro, pero menor si

tenemos en cuenta la grandeza de miras de una obra que hay que probar si

somos de los que nos gusta conversar de videojuegos con los amigos.

Alfredo del Barrio