El 47 % de las empresas españolas impone el regreso total de sus empleados a la oficina

Un 41 % lo exige de forma parcial y el 12 % no requiere la vuelta al modelo de trabajo puramente presencial.

¿Trabajar en remoto o desde la oficina? Esa es una disyuntiva que planea sobre el entorno laboral actual y que enfrenta a empresas y empleados. Sobre todo ahora que muchas compañías trazan estrategias de recuperación del modelo presencial.

En España, 6 de cada 10 trabajadores se muestran positivos acerca de la posibilidad de regresar a la oficina.

Eso sí, siempre y cuando los espacios habilitados permitan llevar a cabo “una colaboración fluida, una interacción social y una lluvia de ideas creativa”. Así lo revela el último informe de Cisco sobre trabajo híbrido.

Esta cifra es inferior a la media global. A escala mundial, un 72 % de los empleados considera positivo trabajar de forma presencial.

Cabe señalar que, mientras un 46 % de los profesionales en general considera que su entorno de trabajo está equipado para el trabajo híbrido, el porcentaje entre los empleados españoles baja al 29 %. Esto significa que hay mucho margen de mejora en las instalaciones actuales.

De hecho, un 44 % de las empresas españolas todavía asigna más de tres cuartas partes de sus oficinas a zonas de trabajo individuales. De ahí que existan escollos para la colaboración como la falta de terminales de audio y vídeo (48 %), la presencia de tecnologías inadecuada (35 %) o que no estén disponibles herramientas para monitorizar y reservar espacios (32 %).

Aunque el trabajo híbrido está implantado en España, donde un 60 % de las empresas tiene al menos al 10 % de su fuerza laboral en acuerdos de trabajo híbridos y donde muchos empleados se pasan por la oficina 3-4 días por semana, los mandatos de regreso van avanzando. El 47 % de las empresas reconoce que está imponiendo un regreso total y el 41 % va a exigirlo de forma parcial. El 12 % restante no requerirá esta reincorporación de sus empleados.

Eso sí, dentro de un par de años solamente 3 de cada 10 empleadores en España esperan que todos sus trabajadores se dejen caer por la oficina los cinco días laborables.

Las razones para no querer regresar al formato presencial son una disminución del bienestar (43 %), efectos sobre la moral (35 %) y una caída de la productividad (37 %), además de los problemas para atraer nuevo talento (24 %).