Toque de atención a quien corresponda: la pyme necesita ayuda

Según el último estudio la ‘Radiografía de la Pyme 2018’ presentada por Sage y CEOE, el nivel de digitalización de la pyme deja mucho que desear, solo el 10% tiene establecido un plan dotado de presupuesto.

Sage conoce como nadie el mundo de la pyme, en especial desde los fogones: no en balde sus programas de gestión y contabilidad son los más utilizados por las empresas españolas y lleva años conociendo de primera mano cómo respiran y dónde les aprieta el zapato. La Radiografía de la Pyme 2018’, presentada por Sage y CEOE, pone en relieve las oportunidades que supone la digitalización para el crecimiento y la competitividad de las pymes, pero también las carencias. Este informe, de los más fiables en materia de incorporación de las tecnologías digitales en España, desgrana la situación real de las pymes en el uso de las TIC en sus negocios, y los retos y oportunidades que hay que encarar. 

Lo cierto es que mientras se da una gran importancia a la transformación digital de las empresas en los medios y en los foros de discusión y en todo evento organizado por los fabricantes o el canal, y siendo también uno de los temas protagonistas en el discurso oficial de los últimos años, la realidad para las pymes parece más tozuda y bien distinta incluso a día de hoy: en la inmensa mayoría de ellas, concretamente el 97%, no tienen en sus mente la digitalización como una prioridad. O dicho de otro modo, “las pymes españolas han invertido en digitalización en los últimos dos años una media de 10.000 euros anuales, y siendo la media de facturación de 300.000 euros, esto implica que apenas dedican un 3% a este apartado”, señala Luis Pardo, CEO y consejero delegado de Sage Iberia. “Nuestra recomendación, para no perder comba con nuestros vecinos competidores europeos y el puesto decimocuarto en el ranking mundial, es dedicar al menos un 5% de las ventas a la inversión digital”. 

Sin embargo, hay que hacer un desglose de en qué se ha gastado ese dinero, y de digitalización tiene muy poco que ver con lo que se entiende por tecnología punta e innovación (cloud, movilidad, big data, ciberseguridad, inteligencia artificial). Los datos extraídos del informe desvelan que el 76% de las pymes españolas que han invertido en “digitalización”, lo han hecho principalmente en primer lugar en servicios de voz y correo electrónico, y en segundo lugar en acceso a Internet y en su web. “Pero la transformación digital va mucho más allá, es un concepto 360º que aplica a todos los procesos del negocio, aplicaciones de gestión, servicios en la nube, procesos de gestión de clientes, marketing, control del dato… y por supuesto personas”, abunda Pardo. “Así, el estudio desvela que el 69% de las pymes reconoce que no cuentan con personal con habilidades digitales, y que el 80% de ellas necesitará ayuda externa para la puesta en marcha de la digitalización del negocio. Es una necesidad acuciante, para 2021 la demanda de talento digital será de 390.000 personas, pero solo se cubrirán 55.000 puestos”. 

El informe señala más datos preocupantes, como es que solo el 19% de las pymes tiene establecido un plan digital, pero el 48% no tiene un presupuesto asignado a dicho plan, “ergo solo el 10% tiene plan y presupuesto, y un 90% no”, afirma rotundo Pardo. Además, una de cada cuatro pymes no sabe hacia dónde va a ir dirigida la inversión en digitalización. “No sabe, va a ciegas. Es verdad que las necesidades están muy atomizadas y no tienen apenas peso, en el estudio se mencionan 32, y las que más porcentaje logran son los procesos (6%), las actualizaciones (6%), la automatización (6%) y los programas ERP (3%). Pero aún desconcierta más que una de cada tres dice que no necesita nada de la nube. Sin ir más lejos, ¡toda la relación con Hacienda es obligatoriamente digital!”, exclama el consejero delegado de Sage. 

Aquí alguien no se entera, y es muy posible que sea el que responde a la encuesta… Por eso se remarcó la necesidad de que hace falta una visión digital impulsada desde la dirección de las empresas, y que al menos el 25% del comité de dirección debería tener experiencia digital para dar voz a los nuevos modelos de negocio digitales. Los analistas señalan que la transformación digital multiplica por dos la productividad, por tres la innovación y por cuatro la retención de talento. “Pero sobre todo, la transformación debe hacerse pensando en los clientes, en mejorar la satisfacción de las necesidades y expectativas de sus clientes, creando las condiciones para hacer crecer el negocio”, añade Pardo. 

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Luis Pardo y Julio Linares en la presentación del estudio.

Por su parte, Julio Linares, presidente de la Comisión de Sociedad Digital de CEOE, afirma que “la digitalización no es una opción, es una necesidad que nos afecta a todos, da igual que sea un taller de coches, un restaurante o un despacho de abogados. Sin embargo, esta heterogeneidad dificulta a adopción de medidas prescritas de manera generalista. Aquí sobrevive el que sabe adaptarse, no el más listo ni el más fuerte. En la radiografía se habla mucho de la confianza en la marcha de la economía, pero esta se está desacelerando según acaba de avisar de nuevo el Banco de España”. 

Efectivamente, según el estudio, el 56% de las pymes confía en que su facturación mejorará en los próximos doce meses gracias, fundamentalmente, al aumento de la demanda de los clientes y a la tendencia de crecimiento de la economía reflejada en el PIB. Sin embargo no mencionan, en este punto, el uso de las nuevas tecnologías ni la digitalización de sus negocios como factor clave en dicha mejora del negocio “Si algo nos enseña la historia es que la única constante es el cambio, y la clave es aprovechar la información disponible para tomar conciencia y adaptarse al nuevo mundo digital”, añade Linares. “Mientras que la esperanza de vida de las personas crece tres meses cada año, las de las empresas ha pasado de 60 años en 1960 a 20 años hoy. La pequeña empresa debe apoyarse en su agilidad y flexibilidad y dotarse del equipamiento y del talento necesarios para poder afrontar los retos y aprovechar las oportunidades que le ofrece la digitalización”. 

Tras repasar los distintos apartados del estudio, que se puede ver en este link, el principal ejecutivo de Sage dio diez recomendaciones de mejora a las empresas y pidió un mayor compromiso y apoyo institucional al Gobierno de turno para facilitar la digitalización de las pymes, el 99,87% del tejido empresarial. Estas necesitan más que alicientes, tener “quicks wins” que las motiven y premien su inversión en innovación, o en formación en habilidades digitales a toda la organización, no necesariamente tienen que ser todos programadores, de hecho, la mitad de los contratados con perfiles digitales han sido para puestos directivos. 

Tirón de orejas 

La pyme no puede hacer esto solo, y es la gran olvidada salvo cuando llegan elecciones”, señala Luis Pardo. E instó a cinco acciones urgentes: 

  • Primera, acometer la lucha contra la economía sumergida, que se calcula en torno al 22-23% del PIB (220.000 millones de euros) y que deja sin recaudar 70.000 millones al año. “Solo con rascar cuatro puntos, se captarían 11.000 millones, suficientes para construir 42 hospitales públicos”. 
  • Segunda, un pacto de Estado en materia de I+D+i, que no se ha movido en la última década y está por debajo de un rijoso 1% del PIB, mientras que la media europea está en el 2-2,5%. “Habría que poner unas KPI para el 2025, para que dé tiempo, de por lo menos alcanzar la media europea. No podemos estar a la cola”. 
  • Tercera, invertir de manera sistemática en transformación digital, y extender los planes que ahora hay para la industria 4.0 a los servicios (comercio, turismo, ocio…). “Invertir 600 millones de euros produce un impacto en la economía real de 22.000 millones”. 
  • Cuarta, una reforma del sistema educativo, “urgente, y remarco lo de urgente. Hoy hay 10.000 puestos digitales sin cubrir, y esta laca se va a agrandar. En Estonia ya se enseña a los niños a programar desde Primaria. Nuestro triángulo demográfico es el que es, por lo que no es solo una cuestión de millennials, sino también de viejennials”.
  • Quinta, siguiendo con lo anterior, es necesario ayudas al reciclaje de personas de más de 40 años, que muchos se están viendo abocados al autoempleo y se están metiendo ahora a autónomos. “No se trata solo de incorporar nuevo talento al mercado, sino completar la experiencia que ya hay con nuevas skills. Y como me gusta a mí decir, si tienes buena mar, qué haces mirando, ponte a navegar”.

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