La idea de Uber es intentar minimizar al máximo el riesgo para los usuarios con una estrategia, tanto para comprobar a aquellos que se apuntan como conductores, como para ofrecer un sistema de emergencia para los clientes.
Para lo primero Uber está explorando la posibilidad de, junto con las típicas preguntas y el pedir información concreta, utilizar sensores biométricos y realizar todo tipo de pruebas, como comprobación de las huellas dactilares, usar polígrafos y cualquier otro sistema que les ayude a comprobar si la información es real.
Para lo segundo, la aplicación contará con un sistema de emergencia que los usuarios podrán activar para comunicarse con sus familiares y otros contactos, además de la propia Uber, en caso de que empiece a notar algún tipo de problema.
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