Un 64 % de los directivos en España teme que la IA generativa provoque pérdidas económicas

A pesar de ello, apenas 2 de cada 10 han debatido la imposición de reglas que permitan controlar el uso de esta tecnología.

A medida que la inteligencia artificial (IA), y más concretamente la IA generativa, se introduce en nuestras vidas, crece la necesidad de regular su uso.

En España, casi todos los directivos encuestados por Kaspersky, hasta un 96 %, confirma que sus empleados están utilizando esta tecnología con regularidad. Es una solución que les permite automatizar procesos y hacerse cargo de una amplia variedad de tareas, lo que libera a las personas para que inviertan su tiempo en ámbitos más creativos y de valor añadido.

De momento, sólo un 19 % ha debatido la imposición de reglas para controlar el uso que se está haciendo de la IA generativa.

Y eso que el 95 % de los altos cargos cree necesitar un mayor conocimiento del uso que los empleados están haciendo de los sistemas de IA, para así protegerse frente a riesgos como la fugas de datos. Es más, el 64 % de los entrevistados en nuestro país teme tener que asumir pérdidas económicas.

La IA generativa “ofrece enormes beneficios de productividad a las empresas”, reconoce David Emm, analista principal de Seguridad de Kaspersky. “Nuestros análisis revelan que los directivos han detectado su presencia en las organizaciones, si bien reconocen que el alcance de su uso es un misterio”.

Los nuevos sistemas tecnológicos “se encuentran en claro crecimiento y, cuanto más tiempo funcionen sin control, más difícil será proteger áreas del negocio como recursos humanos, finanzas, marketing o incluso TI”, observa Emm.

Otro estudio de Kaspersky ya revelaba que 1 de cada 4 usuarios empresariales que recurren a ChatGPT no sabe qué ocurre con los datos que introduce en esta herramienta.

Estos usuarios desvelaban que el 45,5 % de las empresas carece de normativa interna sobre el uso de esta herramienta. En un 19 % de los casos hay normas, pero no son lo suficientemente claras. En otro 7 %, las normas son claras, pero no se cumplen. Solamente un 27 % de las compañías tiene reglas claras que se cumplen.