Los ingenieros de la Universidad Técnica de Berlín dicen que pueden mejorar los tiempos de respuesta de los conductores a través de la monitorización de su cerebro, con la que reducen las distracciones en momentos de alta ocupación cerebral.
Fueron capaces de acelerar las reacciones en hasta 100 milisegundos. Dicho así no parece mucho, pero es tiempo suficiente para reducir la distancia de choque hasta casi 3 metros cuando se circula a cien kilómetros por hora.
Los científicos utilizan electroencefalogramas para medir la actividad cerebral de los conductores. En la vida real, se puede programar un dispositivo para que aleje de la mente la información superficial y deje al cerebro trabajar en la tarea principal que le ocupa.
El problema de estos experimentos, que ya han sido probados con buenos resultados en 12 hombres y cinco mujeres, es que los sensores necesitan ser pegados a un cuerpo lleno de gel o colocados por toda la cabeza.
Aún así, los científicos creen que en cinco años podrán tener un prototipo funcional y comercializable.
vINQulos
NewScientist
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