A diferencia de otros sistemas, ya sea comerciales listos para usar o kits DIY, es algo portátil que puede añadirse a cualquier tipo de bici en un momento.
Esto supone muchísimas ventajas, ya no sólo por la seguridad de poder llevártelo contigo en caso de dejar la bici aparcada, sino que también podrás recargarlo más fácilmente, podrás colocarlo en unos segundos en cualquier bici y, por tanto, podrás compartirlo y adaptarlo a la bici que quieras llevar en ese momento.
Porque además no sólo funciona con bicis de prácticamente todos los tamaños de rueda, sino que gracias a su sistema de propulsión y enganche, incluso permite su uso en bicis de montaña o descenso con amortiguadores.
Su secreto está en que en lugar de transmitir la potencia directamente al eje, su motor de 800 W controlado por un mando en el manillar, hace girar una pequeña rueda, que a su vez hace girar la trasera de la bici por fricción, permitiendo llegar a los 25 km/h.
Gracias a esto es mucho menos compleja y portátil, pesando 6,5 kg incluyendo su batería de 2.000 mAh que le da una autonomía de 25 km.
Las únicas pegas es que cuesta entre 800 y 900 libras, y que se trata de una campaña Kickstarter, enviando las Rubbee a partir de noviembre de este año.
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