Y el ordenador cuántico de IBM llegó a Europa

El continente ya cuenta con su propio sistema IBM Q System One, ubicado en Alemania gracias a una alianza con Fraunhofer.

Resolver problemas complejos a los que los ordenadores clásicos no son capaces de dar respuesta. Ese es el gran objetivo de la computación cuántica, que ahora Europa tiene más que nunca al alcance de la mano.

El continente ya cuenta con su propio sistema IBM Q System One. Una alianza entre el Gigante Azul y la organización de investigación orientada a aplicaciones Fraunhofer lo ha hecho posible.

La ubicación elegida para desplegar el sistema ha sido la ciudad alemana de Ehningen, situada a media hora de Stuttgart. Tras casi dos años de trabajo, el ordenador ha comenzado a funcionar. Un acto que ha contado con la presencia del director general de IBM, Arvind Krishna, el presidente de Fraunhofer-Gesellschaft, Reimund Neugebauer, y la mismísima canciller alemana, Angela Merkel, ha dado el pistoletazo de salida para la era de la computación cuántica en Europa.

El ordenador más potente de la región está disponible para empresas, organizaciones de investigación y universidades, que ahora podrán acelerar sus desarrollos.

De hecho, los investigadores ya han comenzado a aproximarse a nuevos sistemas de almacenamiento de energía con enfoques de simulación distintos para sus materiales. También planean mejorar las carteras de activos financieros y pasar del aprendizaje profundo al aprendizaje automático cuántico.

Y esto es sólo el principio. Esta tecnología también ayudará a afrontar grandes retos sociales como el cambio climático y la sostenibilidad.

“Nuevos medicamentos y materiales, modelos meteorológicos más precisos, baterías que podrían ser 1000 veces más potentes o fertilizantes que requieren menos energía”, son otros campos de acción que Arvind Krishna ve más cerca.

“En IBM”, dice su CEO y presidente, “creemos fundamentalmente que la computación cuántica, combinada con la IA”, o inteligencia artificial, “y la nube híbrida, podría acelerar el método científico. Con la Ley de Moore llegando a su fin, la computación cuántica es uno de los próximos grandes saltos tecnológicos y es la tecnología que se encuentra ahora en un punto de inflexión”.

“Los ordenadores cuánticos han pasado de ser un sueño para los físicos, a ser ahora un reto para los ingenieros”, observa el directivo.

La coordinadora de la Red de Competencia Fraunhofer de Computación Cuántica, Hannah Venzl, coincide en que “la computación cuántica abre nuevas posibilidades para la industria y la sociedad. Con mayor rapidez se podrían desarrollar fármacos y vacunas, mejorar los modelos climáticos, optimizar los sistemas de logística y transporte o hacer mejores simulaciones de nuevos materiales”, enumera.

“Para que todo esto ocurra, para dar forma al rápido desarrollo de la computación cuántica, necesitamos crear experiencia en Europa”, subraya.

Este sistema instalado en Alemania debería fortalecer la unión de la comunidad europea en torno a la computación cuántica. Bajo el mismo techo se reunirán diferentes expertos para impulsar las investigaciones más innovadoras.

La máquina, de forma cilíndrica, utiliza el procesador IBM Falcon de 27 qubits, que habilita tiempos de conexión largos y operaciones precisas. Para proteger el sistema se han fabricado puertas con el mismo cristal que protege el cuado de La Gioconda.

Este IBM Q System One con sede europea ha tenido que luchar contra las complicaciones derivadas de la pandemia de la COVID-19. Ningún miembro del equipo de IBM en Estados Unidos pudo volar a Alemania para dirigir el montaje, por lo que todo el proceso se desarrolló a distancia, con miles de kilómetros de por medio y a través de técnicas inspiradas en la NASA. Especialmente delicado fue la instalación del criostato, un sistema de refrigeración especial para líquidos criogénicos, y del procesador cuántico.

Esta es la primera vez que el sistema cuántico de IBM sale de Estados Unidos. Hasta este momento sólo existía en los centros de datos que la compañía americana tiene en Nueva York.

El acuerdo entre IBM y Fraunhofer permitió durante los últimos meses el acceso a los sistemas del Centro de Computación Cuántica en Norteamérica. Ahora ya existe una computadora a la altura al otro lado del charco.  En julio, se le sumará otro sistema similar en Japón, ampliando la aplicación comercial de la tecnología de IBM.